Punto de vista de Maximiliano

Arreglé mi corbata frente al espejo y apliqué mi perfume más costoso, una deliciosa fragancia con fitohormonas que solo utilizaba cuando iba a salir a este tipo de eventos especiales.

Peine mi cabello, perfile mi barba y claro, depile mi entrepierna a la perfección, sí Madison así lo quería, posiblemente el espectáculo sería publico esta noche.

Sentí los pasos de unos tacones acercarse a mí, me giré para verla, Madison estaba tan preciosa, llevaba puesto un vestido color marfil con un escote profundo que dejaba poco a la imaginación, caía por sus piernas, y se notaba que no llevaba ropa interior puesta.

Sus ojos estaban delineados como gato y sus labios tan rojos como una rosa, y quise desfallecer. ¡Estaba demasiado hermosa y deseable!

Me fui lentamente hacia ella y le puse mis manos firmes sobre su cintura.

—Eres tan hermosa Madison Fiorency

—Ferrer, soy tu esposa y esta noche más que nunca, soy la señora Ferrer. —Se me erizo la piel al escuchar s