Capítulo 15. El examen que casi la rompe
El sobre llegó sin preámbulos, sin advertencia, como una sentencia sellada en papel blanco. Patricia lo encontró en su casillero al salir de la clase de materiales compuestos, con el nombre de la asignatura impreso en la esquina superior y una calificación que la atravesó como un cuchillo: 58%. Reprobado.
Se quedó inmóvil en medio del pasillo, con el sobre temblando entre los dedos, mientras los estudiantes pasaban a su alrededor como ríos indiferentes. El número no era solo una nota; era una confirmación de sus peores temores. No eres lo suficientemente buena. No perteneces aquí. Vuelve a tu lugar.
Regresó a su habitación en silencio. Cerró la puerta, se sentó en la cama y leyó el examen una y otra vez, como si pudiera encontrar en los márgenes una explicación que no estaba escrita. Había estudiado durante semanas. Había repasado cada fórmula, cada gráfico, cada teoría. Pero en el aula, bajo la presión del reloj y la mirada implacable del profesor Hayes, su mente se había vaciado. La