Andressa observa el coche de Sávio doblar la esquina y acercarse. Con una sonrisa juguetona, se levanta y lanza una última mirada a Marina.
— Ahí viene tu novio. Voy a dejarlos más a gusto —comentó, acomodando el bolso en el hombro. — ¿Nos vemos el sábado, entonces?
Marina sonríe, sintiéndose levemente animada.
— De acuerdo. Hasta entonces.
— No puedo esperar al fin de semana — responde Andressa, con un brillo de entusiasmo en los ojos. Se despide y entra en casa.
Cuando llega a su cuarto, se quita rápidamente la ropa que lleva y entra al baño. Se sentía cansada, había muchas cosas pasando por su mente. Al tomar una ducha larga, se pone el pijama y se recuesta en la cama, encendiendo la televisión en busca de algo para mirar y distraerse. Mientras busca, piensa en el momento que tuvo más temprano con Xavier.
La expresión seria en su rostro indicaba un conflicto entre deseo y racionalidad. Él sostiene sus manos, entrelazando sus dedos con los de ella, mientras sus ojos se fijaban inten