— Amor, por favor, reconsidera lo que acabas de pedirme —implora Rodrigo, visiblemente incómodo con la situación.
— Solo te estoy pidiendo que hagas eso, ¿será pedir demasiado? —responde Valentina, con la voz cargada de incredulidad al percibir que el novio va a interceder por su asistente, lo que la irrita aún más—. Ella no es una persona insustituible, puedes conseguir otra asistente con solo chasquear los dedos.
Rodrigo siempre fue un hombre comprensivo, dispuesto a hacer todo por su relación con la mujer que ama. A lo largo de los tres años de noviazgo, nunca tuvieron peleas por celos; al fin y al cabo, él nunca le dio motivo para desconfiar de nada. Pero ahora, con aquel pedido, se siente dividido, atrapado en un conflicto moral que lo consume.
— ¿Cómo voy a despedirla sin ningún motivo? Valen, ella es una empleada competente y nunca me ha faltado el respeto —intenta argumentar y su voz demuestra el peso de la decisión.
— ¿Entonces no harás lo que te pedí? —Valentina lo interrump