Mientras corría con pasos decididos tras Andressa, Xavier la vio desvanecerse y rodar por las escaleras. Se detuvo por un instante, observando cómo su cuerpo caía torpemente hasta el siguiente descanso. Al acercarse, notó que estaba inconsciente. La sangre que fluía de sus heridas manchaba la ropa y el suelo a su alrededor, dejándola casi irreconocible. La mujer que yacía ante él parecía muy distinta a aquella joven encantadora y vivaz que había conocido.
Xavier siempre había tenido debilidad por las mujeres de carácter fuerte, pero Andressa era diferente. Desde el primer momento en que la vio, fue imposible ignorarla. Era extrovertida, llena de vida, con el raro don de captar la atención de todos los que la rodeaban. Su voz melodiosa, siempre cargada de entusiasmo, invitaba a conversar, y sus comentarios ingeniosos lograban hacerlo reír de un modo que creía haber olvidado.
Al principio intentó resistirse. Sabía que ella era mucho más joven y que involucrarse con ella traería consecue