En un rincón de la habitación, en silencio, Andressa observa a Xavier mientras él ajusta la corbata frente al espejo, terminando de arreglarse para la conferencia. Aquella salida era más que una simple obligación profesional; era un esfuerzo calculado para demostrarle a su familia que estaba completamente dedicado al trabajo. Xavier percibe su silencio. Al terminar de ponerse el saco, se acerca con una mirada más suave, como si intentara apaciguar la tensión evidente en el aire.
— No estés así — dice, con la voz calmada pero distante. — Sabes que siempre seré realista contigo.
Se inclina para dejar un beso breve en su frente, un gesto que debería ser reconfortante, pero que solo refuerza el abismo entre ellos. Al no obtener ninguna respuesta de Andressa, continúa.
— Esta noche iremos a cenar a uno de mis restaurantes favoritos — añade, de forma casual. — Aprovecha el día para ir al salón y prepararte.
Dicho esto, toma su portafolio y sale de la habitación sin mirar atrás, dejándola so