La expresión en el rostro de Víctor se endurece y sus hombros se tensan, como si cargaran un peso invisible.
— ¿Dijiste que él viene para acá? — cuestiona, con una nota de nerviosismo en la voz.
— Sí, acaba de salir de aquí; debe llegar ahí en cualquier momento — responde Rodrigo.
— Gracias por avisar, Rodrigo. Necesito colgar ahora.
— ¡Espera! — Rodrigo llama su atención, con la voz cargada de preocupación. — No van a pelear otra vez, ¿verdad?
Víctor exhala un suspiro tenso y responde:
— No, claro que no. Solo quiero estar solo, ¿tan difícil es para él entender eso? — dice, colgando el teléfono con firmeza.
Al notar el nerviosismo estampado en el rostro de Víctor, Marina se acerca con cautela y pasos vacilantes.
— ¿Pasó algo? — pregunta ella, con un toque de aprensión en la voz.
Víctor la mira, y su expresión se suaviza un poco antes de preguntar:
— ¿Le contaste a tu amiga sobre esta casa?
Marina piensa un instante y pronto recuerda la conversación con Andressa. Muerde los labios, co