Marina aparta las manos de su amiga, sintiéndose algo incómoda con el rumbo de aquella conversación. Se pasa la mano por el cabello, empujando algunos mechones detrás de la oreja, un gesto que delata lo presionada que se sentía por las palabras de Andressa.
— No me lo pidas de ese modo — dice Marina, con las mejillas levemente sonrojadas. — Hace parecer que me estás presionando.
Sin que Marina lo note, Andressa pone los ojos en blanco y suelta un largo suspiro, mostrando un leve rastro de impaciencia.
— Mari, pediste un consejo y te lo estoy dando — responde, intentando mantener la calma. — Si no quieres seguirlo, no lo sigas, pero créeme… puedes arrepentirte amargamente si no estás con Sávio en este viaje.
Marina la mira, confundida.
— ¿Por qué dices eso? — pregunta, intrigada por la afirmación de su amiga.
Andressa se inclina un poco más, con la mirada seria.
— Porque, si no lo haces pronto con Sávio, terminarás haciéndolo con Víctor — explica. — Sé sincera contigo misma. ¿Quieres q