En la mesa una pareja solo se mira con curiosidad y con nerviosismo.
— ¿Qué hacemos aquí? — preguntó la joven nerviosa.
El hombre la escuchó preguntar, y no sabía que responder porque, ni él mismo sabía que hacían ellos dos en aquel elegante restaurante.
Los ojos del hombre estaban centrados en el rostro redondo de la joven que esta delante de él, miraba aquellos labios carnosos rojos sin maquillaje, que para él eran muy apetecibles.
Él respiró de manera profunda e imperceptible. Desde el momento que ella le dijo que tenía hambre él se sintió mortificado y por eso decidió a última hora llevarla a cenar.
—Usted dijo que tenía hambre – dijo sin interés—. Y yo también tengo que comer algo. ¿Qué se hace en un restaurante? – respondió con cierta burla cortante como de costumbre.
La joven estaba bastante atolondrada porque nunca en su vida había tenido una cita y la presencia de él la atormentaba de una manera que no entendía. Sus ojos vieron a Leonardo y su incomodidad fue tan notoria qu