A Karen le sorprendió oírlo. Ella sabe que él es casado, porque la misma Deyanira se lo restregó en la cara cuando le dijo que la camisa que ella arruinó era un regalo muy especial de su esposa.
—Lo que pasa es que usted y yo no tenemos afinidad, no nos llevamos bien— ella lo mira a los ojos y ve una gran tristeza y soledad— ¿no debería estar ahora con su esposa? Cenando en su hogar.
Él solo bajó la mirada y dejó escapar el aire de sus pulmones. Al parecer la chica que esta a su lado no sabe nada de él y su pasado, y le gusta porque no lo trata con lástima, algo que odia a morir.
—Si, debería estar con ella— dijo él cortante y con mucha frialdad que congela el corazón de la chica—. ¿Y quién dijo que no nos llevamos bien?
Dijo las palabras de mala manera y sonrió perversamente, aquella sonrisa había sido más una mueca macabra que hizo que la joven se estremeciera.
Levantó la copa de vino y bebió un trago. Los ojos de la chica no pierden ningún momento sus movimientos.
—Yo no me llevo b