Marcus tenía ya unos meses haciendo una investigación a Claribel, lo que tenía en claro era, divorciarse de ella, solo necesitaba pruebas para poder hacerlo. En su oficina, la persona que tenía enfrente le entregó lo que había pedido, saliendo con un cheque en la mano como pago de sus servicios.
Mientras Marcus sostenía el sobre amarillo en sus manos, un aire de tensión llenó la habitación. Sus dedos lo giraban mientras su mente procesaba mil posibilidades. Eliezer, sentado a su lado con el ceño fruncido, lo instaba con un gesto a abrirlo de una vez.
—Vamos, Marcus. Sea lo que sea, es mejor enfrentarlo ahora.
Marcus asintió lentamente. Con cuidado rompió el sello y sacó el contenido. Lo que encontró dentro lo dejó helado: varias fotografías que hablaban por sí solas. Claribel, su esposa, estaba en ellas en actitudes demasiado cercanas con su mánager y supuesto amigo. Había miradas que no podían interpretarse de otra forma, caricias capturadas en los momentos exactos.
No solo era su ma