Capítulo 73
El estado de ánimo de Marco no mejoraba; no tenía idea de quién había tenido el valor de amenazar a Andrea, pero estaba muy seguro de que haría pagar con creces todo el sufrimiento que había pasado Nara en esos días. Daniel entró en la oficina y Marco lo miró con cara de querer asesinarlo.
—¿Tienes alguna buena noticia? —las palabras no tenían nada de malo, pero la forma en la que Marco las dijo paralizó al asistente, que no sabía cómo responder.
—Como nos ordenó —le dijo Daniel, reacomodándose las gafas de leer—, intentamos rastrear el número del que vinieron los mensajes, pero es un teléfono desechable. No pudimos hacer mucho con eso.
—¿Intentaron rastrear la tienda en la que fue comprado?
—Claro, lo intentamos todo, pero no encontramos nada útil.
Marco, en un arrebato de furia, lanzó un vaso de cristal contra la pared. La puerta del despacho se abrió y entró Nara, mirándolo asustada.
Nara estaba sorprendida por la forma en la que Marco estaba enfrentando este asunto; s