Capítulo 105
Lina entró en la oficina de Dario con paso firme, aunque por dentro se debatía entre la furia y la confusión. Tenía que preguntarle personalmente si él era el culpable de lo que estaba sucediendo. Si no había sido Marco, solo podía ser él. Nadie más en la ciudad tenía el poder de atacar a su hermano Leo de forma tan abierta y que el golpe diera resultado tan rápido.
Dario levantó la vista de los documentos que fingía leer. La sola presencia de Lina lo desarmaba. Cada vez que estaba cerca, su corazón se agitaba como si aún fuese ese joven perdido en la universidad que la miraba desde lejos, incapaz de acercarse. Y ahora, tenerla allí, tan cerca y tan seria, lo ponía al borde del colapso.
Ella cruzó los brazos y se sentó frente a su escritorio, tratando de aparentar dureza. Quería parecer amenazante, implacable, pero con su pequeño tamaño y ese rostro angelical, lo único que lograba era verse irresistiblemente adorable a sus ojos.
– ¿Estás atacando a mi hermano para obligar