Nadia echó un vistazo a Luna, pero no dijo nada, pensando: “¿no se lo había ya contado?”.
Liora tomó lo que tenían en sus manos y los puso sobre la mesa.
Gabriel, que todavía estaba en una reunión en el Grupo Sánchez, de repente estornudó sin razón aparente. Eric ajustó silenciosamente el aire acondicionado a una temperatura más alta, temiendo que su jefe tuviera un resfriado debido al viento marino…
Con la cabeza ligeramente agachada, Isabel dijo:
—Todos en la preparatoria se han enterado de lo que me ocurrió, ¿verdad?
Luna no le respondió directamente:
—Acabo de regresar de la ciudad. Me alegra que estés bien, Isabel.
Liora les preguntó:
—¿Ya almorzaron? ¿Necesitan que vaya a comprar algo para ustedes?
Luna rechazó rápidamente:
—No, no, nosotras ya comimos antes de venir.
Andrés se levantó para ceder su lugar para las dos, mientras que Liora también les trajo una silla y les dijo:
—Muchachas, siéntense. No se queden de pie, que es muy agotador.
Nadia, que tampoco era muy hábil en la