Comienza un nuevo día, y con él, la rutina de Liz. Se dirige al hospital, pues sabe que los lunes hay mucho trabajo por hacer. Mientras está en su consulta atendiendo a algunas pacientes, escucha unos golpes en la puerta y dice que pasen. Eva entra con cara de sorpresa, visiblemente eufórica, y Liz no entiende nada.
—¿Qué pasa? Con esa cara, vas a acabar asustando a la paciente.
—La doctora Acacia ha vuelto al hospital y está en el despacho del doctor Jack. Por lo que parece, la situación no está muy bien. Las enfermeras dicen que oyeron gritos desde dentro del despacho y no saben qué está pasando. Vine aquí en cuanto me enteré para avisarte.
Liz se queda paralizada por un momento, sin saber qué hacer ni cómo reaccionar. Pide disculpas a su paciente, pues necesita saber qué está ocurriendo y por qué está pasando esta situación en el hospital. Aunque sabe que Jack siempre ha sido un hombre centrado y no sería capaz de algo así, Liz camina a grandes zancadas por el pasillo, intentando l