Capítulo 208
Carlos le echó una última mirada a Alvaro antes de marcharse, dejando a Delicia y Alvaro solos. Alvaro logró contener su temperamento explosivo y no detuvo a Carlos, consciente de que Delicia ya no era alguien a quien pudiera controlar a su antojo. Temía que si se enfrentaba a Carlos, Delicia, astuta como un zorro, podría causar aún más problemas. Recordó el dramático incidente que habían tenido en la puerta del hospital ese día, lo que lo hizo sentir una intensa agitación en su pecho.

—¿Me estás siguiendo? —Delicia preguntó al hombre silencioso, con un tono claramente hostil.

Al escuchar esto, la frialdad en el aire alrededor de Alvaro se intensificó. ¿Cómo podía ella decir algo así?

—¡Delicia López! —exclamó.

—¿Qué quieres? —respondió ella.

—¡Nuestra madre está en el hospital! —dijo Alvaro, intentando contener la emoción en su voz.

Delicia se quedó atónita por un momento antes de darse cuenta de a quién se refería Alvaro con ‘nuestra madre’. No era su culpa estar confundida; desde qu
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