2

Me sentía usada y burlada por dos de las personas más importantes en mi vida. ¡Qué tonta había sido!

Pensé que me casaría con Bastian, pensé que mi hermanita me amaba, pero todo estaba solo en mi imaginación. Fui una completa ingenua y me sentía frustrada y asqueada de mí misma.

Y luego, toda esa historia de que Sophie no era mi hermana… ¿será verdad?

Entré en el primer bar que encontré. Casi nunca bebo alcohol, pero esta vez, realmente quería beber y olvidar todo.

Me dirigí a un asiento vacío junto a un hombre bastante apuesto, pero con una mirada oscura y triste. Creo que ambos habíamos tenido un mal día.

—Un whisky doble, por favor.

—Enseguida, señorita.

Comencé a llorar en silencio mientras bebía sin medida, entonces noté la mirada de ese hombre. No me molestó, y seguí bebiendo todo el alcohol que pude.

—No sé qué le pasó, señorita, pero creo que ya ha bebido suficiente.

—No es asunto tuyo, idiota —respondí, ignorando sus palabras.

Estaba perdida en mis pensamientos, arrepintiéndome de haber sido tan ciega.

Ahora, sin duda, sería una chica diferente. Al parecer, a los hombres les gustan las mujeres más decididas y desenvueltas, no tan aburridas como yo.

Suspiré, tomando mi vaso de licor.

Se acercaron unos chicos guapos, y uno de ellos me jaló hacia sí. Ya estaba bastante ebria, así que no me molestó.

—¿Estás sola, preciosa? Dinos que quieres divertirte con nosotros.

—Sí, vamos.

De repente, aquel hombre se levantó.

—Ella está conmigo, será mejor que se vayan si no quieren problemas.

Su mirada era intimidante en ese momento; extrañamente, esos hombres le temieron y se marcharon.

—Qué cobardes —me burlé.

—Dame tu dirección, llamaré a alguien para que te lleve a casa.

—No quiero, esta noche me voy a divertir como nunca. Iré a otro sitio donde el ambiente sea mejor.

Él me tomó del brazo para detenerme.

—No seas tonta, algo malo podría pasarte y te arrepentirás.

—Eres un hombre muy guapo, ¿quieres pasar la noche conmigo?

Reí ante su reacción. ¿No es eso lo que los hombres quieren?

Se sorprendió con mis palabras pero logró sonreír y me preguntó.

—¿Eres así de fácil con todos los hombres?

—No, pero hoy es diferente.

—¿Por qué quieres pasar la noche conmigo? —preguntó, curioso.

De pronto, empecé a llorar como una niña. Le expliqué lo infeliz que era y lo decepcionada que estaba del hombre al que amaba.

—Solo quiero vengarme de él, si él puede estar con otra mujer, yo puedo estar con otro.

—Pobre chica, esto no es un juego.

—No soy una niña, soy una mujer, y puedo demostrártelo.

Me acerqué a él, rodeé su cuello con mis brazos y lo besé. Lo sorprendente fue que él me devolvió el beso, y luego nos sumergimos en un apasionado intercambio…

—¿Estás segura de querer pasar la noche conmigo? —me preguntó de nuevo, casi sin aliento.

—Sí, vamos a una habitación.

—Una vez arriba, no habrá vuelta atrás. No creo que en verdad quieras estar conmigo.

—Dime, ¿no soy bonita? Por eso no quieres estar conmigo. Tiene razón, tal vez no atraigo a ningún hombre.

—Tonterías, eres muy hermosa, tu piel es suave y clara, tus ojos me fascinan, y ese cabello rubio quiero acariciarlo. Solo quiero que no te arrepientas de esta noche.

—No lo haré —dije con seguridad.

Llegamos a la habitación, me arrojó sobre la cama y se colocó encima de mí, empezó a besarme y a acariciar mi cuerpo.

Poco a poco, nuestra ropa cayó al suelo, mi respiración era agitada y sentía su calor recorriéndome por completo. Cada caricia suya hacía estremecer cada parte de mi cuerpo.

Fue una noche muy apasionada, pero él fue muy tierno al darse cuenta de que era mi primera vez. Extrañamente, me sentí deseada y amada por ese hombre.

—--

Fui despertando poco a poco, sintiendo la luz del sol sobre mi rostro.

Tenía un terrible dolor de cabeza y todo el cuerpo adolorido. Estaba tan mareada que no me había percatado de que estaba en la habitación de un hotel lujoso.

Comencé a recordar lo que había pasado la noche anterior.

—¡Maldito Bastian! Te amaba tanto. ¿Por qué me engañaste con mi propia hermana?

Entonces me di cuenta de dónde estaba.

—Espera, ¿dónde estoy? Esta no es mi casa. No puede ser.

Las imágenes en mi mente eran claras; había pasado la noche con un completo desconocido.

—Supongo que no debí beber tanto alcohol. ¿Cómo me atreví a ser tan audaz anoche?

Sentí mi rostro enrojecer de vergüenza.

Miré alrededor, y ese hombre ya no estaba allí. Sin duda era un hombre muy atractivo, alto, de piel clara como la porcelana, cabello negro y unos impresionantes ojos verdes.

Ciertamente, mucho más guapo que Bastian…

—Será mejor vestirme e irme a casa, no puedo quedarme aquí, ni siquiera sé si podría mirarlo a los ojos estando sobria —pensé confundida.

Tuve suerte, mis padres habían salido de viaje ese fin de semana a visitar a mi abuela paterna, así que no podían regañarme por no haber llegado a casa la noche anterior, son muy protectores con nosotras.

Revisé toda la casa, y Sophie no estaba, así que quizá estaba con Bastian.

Solo de pensarlo me dolía el estómago.

Me di un baño, desayuné y volví a la cama. Me sentía realmente mal, Sophie incluso apareció el domingo, justo antes de que regresaran mis padres.

—Hermana, dime, ¿mamá y papá no han vuelto aún?

No le respondí, estaba muy enojada con ella, así que la ignoré y me fui a mi cuarto.

—Estás muy molesta conmigo.

—¿Qué quieres, Sophie? Tú y Javier me vieron la cara de tonta. ¿De verdad pensaste que te recibiría con los brazos abiertos?

Una sonrisa burlona apareció en el rostro de Sophie.

—¿De verdad pensaste que podrías convertirte en su esposa? Eres realmente estúpida, alguien como Bastian merece a una mujer digna de él.

—¿De qué estás hablando?

—Él es de la familia Martin, necesita a una mujer hermosa y elegante que no lo avergüence en sociedad.

—Eso es absurdo, soy tan hermosa como tú y muy inteligente, nuestros padres nos criaron igual, yo también estoy a su nivel.

—No te engañes, mírame, soy una mujer bellísima, mucho más que tú, él me ama y tienes que aceptar que me perdiste.

—Quédate con él, Sophie. No quiero ese tipo de hombre en mi vida.

Me giré y me fui llorando a mi habitación.

No puedo creer que desperdicié dos años de mi vida con un hombre tan despreciable y mezquino.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP