Joaquín
No podía sacarme de la mente la imagen de ese imbécil.
El tipo irradiaba una confianza tan irritante que me daban ganas de romper algo. Tal vez, patearle el trasero.
"¡Ese maldito! ¿Acaso no entiende el concepto de espacio personal?... Aunque puede ser que solo lo hacía con Camila. ¡Mi Camila! ¡Mi mujer!"
"¿Quién demonios se cree que es?" pensé mientras apretaba el bolígrafo con tanta fuerza que casi lo rompí.
"¿Mis pequeños terremotos?" repetí en mi mente, burlándome en silencio. "¿Se cree su tío favorito o algo así?"
Volví a escuchar su voz en mi cabeza, esa manera tan condescendiente con la que había dicho "Novio, ¿eh?" como si no pudiera creerlo, como si no fuera suficiente para estar con alguien como Camila.
"Novio, sí. Su maldito novio. ¿Algún problema con eso, imbécil?"
Me pasé una mano por el cabello, estaba frustrado. Cada vez que intentaba calmarme, la imagen de ese idiota dándole ese abrazo demasiado largo a Camila no me dejaba en paz.
"¿Y esos besos en la mejilla