Joaquín
El tiempo se había vuelto una tortura.
Había pasado una semana desde que Socorro intentó matar a mi esposa y a nuestra hija.
Una semana de agonía, de ver su cuerpo inmóvil en la cama del hospital... de esperar que abriera los ojos… y nada.
No sabía qué era peor: el dolor de verla así o la desesperación de nuestros niños.
Lo más difícil había sido contarles la verdad.
Flashback
Me paré frente a ellos en la sala privada del hospital. Amy, Nathan y Samuel me miraban con los ojos llenos de esperanza...
Esperaban escuchar que todo estaba bien.
Que Cami volvería a casa pronto.
Pero no podía mentirles.
Tragué saliva y me obligué a hablar.
—Ella… sigue dormida —dije con voz ronca—. Los médicos dicen que su cuerpo está luchando, pero que todavía no saben cuándo despertará.
El silencio fue lo peor.
Amy fue la primera en reaccionar.
—Pero va a despertar, ¿verdad? —preguntó con voz temblorosa.
No supe qué responder de inmediato.
Nathan apretó los puños.
—¿Y si no lo hace? —su voz sonaba