Amy
Me desperté con una sonrisa, sintiendo la emoción burbujeando en mi pecho. Hoy será un gran día.
Me giré en la cama y vi a Nathan ya despierto, mirando el techo con una expresión calculadora.
—¿Listo? —le pregunté en un susurro.
Él giró la cabeza hacia mí y sonrió con complicidad.
—Listo.
Nos levantamos en silencio, asegurándonos de que el donador y la bruja seguían roncando en su habitación.
Según nuestros cálculos, teníamos una hora antes de que despertaran... suficiente para ejecutar nuestro plan maestro.
Nos dividimos las tareas:
Operación “Transformación del Monstruo”
Saqué el frasco de tinta corporal de la mochila y lo vertí en el gel de ducha y en la pasta dental.
Con suerte, cuando Morgana se bañara, saldría con la piel de un hermoso tono verdoso o azul, dependiendo de la cantidad que usara.
Después, tomé el frasco de purpurina y abrí la grifería de la ducha como habíamos planeado.
Nathan me había prestado una llave inglesa que habíamos encontrado en el garaje. Aunque