Dos semanas después...
Gydeon golpeó con todo su cuerpo contra la tierra. Keerd, bufando como los toros, sudaba y le miraba con furia.
Los otros, inmóviles, presenciaban la pelea que ambos habían iniciado nada más llegar al lugar donde solían llevar a cabo sus entrenamientos.
Levantándose, Gydeon tomó posición de ataque.
- ¿Por qué demonios no puedes, simplemente, aceptarlo?- increpó.
El moreno, sin abrir la boca para responderle, empezó a dar pasos en círculos. Se mostraba bastante enfadado. Más consigo mismo que con Gydeon. Pero su orgullo le impedía reconocerlo. Shelly junto a Adelain, les miraba atentamente.
-Ésta muy mal- murmuró a la morena refiriéndose a Gydeon.
-Imagina, dos semanas sin sexo...yo no podría- alegó Adelain.
-Es una bomba a punto