Capítulo 39. ¡Hermanas Montenegro!
Valeria seguía anonadada y en shock. Se había quedado sin palabras ante la gran revelación de Ximena.
—Creo que necesitamos sentarnos y hablar—, propuso Ximena, mientras tomaba el teléfono de Valeria del piso y se lo entregaba en sus manos.
—Ximena... ¿De verdad eres tú?
Valeria tocaba las mejillas de su hermana para asegurarse de que no hubiera una equivocación.
—No te preocupes, Valeria. Yo tampoco puedo creer que estamos frente a frente—, confesó con una sonrisa— Es por eso que no pude hablar cuando te llamé por primera vez. Me quedé sin palabras.
—Pero, dime... ¿Cómo tienes mi número? ¿Cómo sabes mi dirección? ¿Cómo supiste que seguía con vida?—, preguntó Valeria deseosa de saber toda la verdad.
—Ven, hermana. Siéntate. Tengo mucho que contarte.
Ambas caminaron hasta una de las mesas del café y se sentaron allí frente a frente.
Una chica muy joven se acercó con dos menús en sus manos y los colocó sobre la mesa.
—¿Puedo tomar sus órdenes?—, preguntó sonriente.
—Quiero un café