Capítulo 38. ¿Ximena?
La mañana siguiente llegó rápidamente y encontró a Ximena durmiendo entre los arbustos. Abrió los ojos y al mirar la hora en su teléfono supo que debía darse prisa si quería llegar primero que Valeria al centro comercial.
—¡Demonios!—, exclamó antes de salir corriendo.
Ximena ni siquiera lo notó, pero la camioneta frente a la casa de Valeria también se movió cuando ella comenzó su viaje al centro comercial.
En la mansión Lancer. Felix regresaba luego de una noche inolvidable en uno de los hoteles más prestigiosos de la ciudad.
—¿Félix?—, preguntó Abigail mirándolo desde el jardín.
Abigail se acercó rápidamente y logró alcanzarlo antes de que ingresara en la mansión.
—¡Félix! ¡Félix!—, gritaba hasta que finalmente lo alcanzó.
Félix cerró sus ojos con fastidio y cansado de la persecución de su hermana. Resopló y se detuvo para no ignorarla.
—¿Qué diablos quieres, Abigail?—, preguntó Félix con poca paciencia.
—¿Por qué no viniste a dormir anoche a la mansión? ¡Estaba muy preocupad