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Christopher sintió un cosquilleo en el cuero cabelludo y dijo:

—¡Papá, aunque me mires así, igual se lo diré a mi hermana!

De todos modos, había decidido darlo todo para que su papá interactuara con mamá.

Dominic pensó en los grandes ojos llorosos de su hija y apretó los dientes.

Esa mocosa parecía realmente buscar problemas. Sí, las hijas eran mejores. Las hijas eran las pequeñas chaquetas de algodón de papá.

Dominic respiró hondo y levantó la mano, mientras Bianca lo miraba, atónita.

Al escuchar la conversación, los ojos de Sisca casi se salieron de sus órbitas.

Al mismo tiempo, una pregunta rondaba su mente: ¿quién era la hermana que mencionó Christopher?

Sisca aún no sabía que su pregunta no permanecería sin respuesta por mucho tiempo; pronto alguien la aclararía.

En el escenario, Jessie miró las muchas manos levantadas entre el público, momentáneamente indecisa sobre a quién elegir.

Especialmente cuando vio a Dominic, con el rostro serio, levantar la mano, sintió que no podía tom
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