—¿Hijo?

¿¡El hombre sabía de Chris!?

El corazón de Alessia dio un vuelco, y miró instintivamente a su hija detrás de ella, frunciendo el ceño.

El hombre solo mencionó a Chris, no a Elle. Debía haber visto el rostro de Chris, después de todo, era un calco de él.

Su peor temor se había hecho realidad.

Aunque el hombre tenía un poder inmenso en Toronto, no entregaría a Chris.

Los ojos de Alessia se oscurecieron, preparándose para enfrentar a Dominic de frente.

De pie, firme en la puerta, Alessia habló con determinación:—No es solo tu hijo, también es mi hijo. No te lo entregaré.

—¿Intentas competir conmigo?

—Señor Carter, está equivocado. No estoy compitiendo con usted… es usted quien compite conmigo —corrigió Alessia con firmeza.

Al instante, vio que Dominic se burlaba, con un tono cortante y sus ojos clavados en ella como cuchillos, como si quisiera despedazarla.

—Ahora que admites que es tu hijo, ¿por qué no lo recordaste cuando lo abandonaste? Cuando tuviste un par de gemelas con otr