Alessia entrecerró los ojos peligrosamente.
Sisca parecía estar harta del drama y miró la hora.—Está bien, señor Marcus, tengo otros asuntos que atender. Pueden discutirlo con calma, y cuando terminen, siéntanse libres de llamarme.
Luego miró a Dylan de manera provocadora:—Dylan, parece que tu juicio sobre las personas no es muy bueno. Un problema que se podría resolver con un solo acto, ella insiste en empujarte hacia un callejón sin salida.
—Cállate. —Dylan estaba furioso, las venas de su cuello palpitando, listo para atacar, pero Marcus lo detuvo a tiempo.
Sisca suspiró aliviada al ver que Dylan estaba contenido, cubriéndose el pecho, y dijo suavemente:—Dylan, sigues siendo tan impulsivo, parece que aún no has sufrido lo suficiente. Señor Marcus, su trabajo como gerente es realmente complicado.
Después de aprovechar al máximo con sus palabras, Sisca se dio la vuelta y se marchó.
También temía que ese perro rabioso llamado Dylan realmente mordiera a alguien.
Alessia se acercó a Dyla