Natalia observó con devoción cómo su pequeña hija Jade daba sus primeros pasitos en dirección a su padre.
Fabián se encontraba al otro extremo con los brazos abiertos, mientras la niña se acercaba lentamente.
Una serie de aplausos resonaron en la estancia cuando la pequeña alcanzó su meta.
Siendo recibida en los brazos de su padre, no pudo evitar sonreír anchamente con sus cacheticos regordetes y toda su inocencia rebosando en el pequeño espacio.
La sala de la casa estaba adornada con globos de colores y guirnaldas, puesto que se estaba celebrando un año del nacimiento de aquel milagro viviente.
El lugar se encontraba lleno de niños, siendo sus hijos unos de los principales protagonistas de la velada.
La familia se había ampliado tanto que Natalia no pudo evitar emocionarse al verlos a todos juntos, conviviendo.
En la celebración se encontraban Diana y su esposo Horacio, acompañados de su pequeño hijo Henrik de seis años. También estaban Ana Paula y su esposo Iván, quienes asist