Cuando firmó el divorcio, no imagino que la oportunidad de estar nuevamente con Jade se presentaría.
Le había dicho adiós.
Aunque su corazón nunca se había despedido.
Ahora, tantos meses después, se hallaba de pie frente al altar.
Su mirada recorrió el lugar, contemplando a cada una de las personas que los acompañaban en ese día.
En primera fila vio a sus propios padres, apoyándolo en todo momento.
No había nada que ellos no hicieran por él y, justo ahora, se sentía agradecido por eso.
Por otro lado, estaban sus suegros, quienes no parecían tan convencidos de esta segunda oportunidad que Jade le había dado.
Luego de unos minutos, la ceremonia dio inicio con el suave sonido del piano. Todos los presentes se colocaron de pie, mientras miraban hacia la entrada, donde, la novia no tardaría en aparecer.
Y justo así lo hizo.
Jade lucía un vestido hermoso y blanco. Sus ojos azules brillaban, incluso más que la propia iluminación del lugar. Su cabello rubio semi tranzado dejaba entrever mechon