POV: Credence Foster
Fuimos directo al hospital con Serenithy gritando como una loca. Se revolcaba en el asiento, llorando, diciendo que se moría… que se sentía mal… que sentía frío…
Y yo la miraba.
Satisfecho.
En silencio.
Porque se lo merecía. Por imbécil. Por golpear a mi mujer. Por creerse más de lo que es.
Si sabía que no podía con una serpiente, ¿para qué diablos fue a provocarla? ¿Acaso pensaba que Danika era una muñeca?
No, Danika es una maldita cascabel. Y cuando se le pisa la cola… muerde.
El doctor no tardó en entrar. Revisó los signos, vio el brazo hinchado, le hizo un par de preguntas absurdas y luego soltó la bomba con una tranquilidad que me hizo querer reírme en su cara.
—No ha sido una mordida letal —dijo—. El veneno solo tiene un efecto temporal. En dos horas estará bien.
Eso fue todo.
Una broma.
Una maldita lección de poder.
Y juro que, por dentro, sonreí como un condenado.
Porque así es ella ahora.
Calculadora. Inteligente. Cruel en el punto exacto.
No busca sangre