POV : Tercera persona
El sol se filtraba por las cortinas con una tibieza engañosa. La habitación olía a perfume caro y sudor rancio. Credence abrió los ojos lentamente, sintiendo un mareo extraño, como si su cuerpo flotara en una nube espesa y sucia. La cabeza le pesaba, la boca seca, el corazón latiendo a un ritmo errático.
Quiso moverse y lo primero que sintió fue el roce de una sábana sobre su piel desnuda.
Desnudo.
Frunció el ceño, confundido. Se incorporó de golpe, tirando del borde de la sábana con desesperación. Se miró el torso y notó los arañazos. Besos marcados. Manchas rojizas en su cuello. En su pecho. Incluso en sus muslos.
Sintió asco.
—¿Qué mier…? —murmuró, sin terminar la frase.
Giró la cabeza con brusquedad. A su lado, la pequeña mano de Helena descansaba sobre su abdomen. Su cuerpo medio envuelto en la sábana, una pierna rozándole. Dormía como si no hubiera hecho nada. Como si no acabara de destruirlo.
Sin pensar, la apartó de un manotazo seco y brusco.
—¡Quítate d