La recuperación de Oliver iba viento en popa, ganaba cada vez mas fuerza y sensibilidad en sus piernas; pero aun así había decidido mantenerlo en secreto para su familia. Lo quería de ese modo al menos hasta que estuviera seguro de volver a ponerse en pie y es que no deseaba darles falsas esperanzas, mismas que podían no volverse realidad.
Un buen día estaban haciendo sus ejercicios, cuando de pronto este la detuvo.
- Hay algo que quiero intentar - le dijo inesperadamente.
- ¿De que se trata? - le preguntó deteniendo los ejercicios que le estaba haciendo.
- Llevamos un tiempo con estos ejercicios y creo que es momento de comprobar si puedo ponerme en pie - le dijo ansioso por averiguarlo.
- Si así lo quiere lo aremos, solo deseo estar segura de que se sienta listo. No solo en lo físico, sino también en lo emocional ante un posible resultado fallido - le dijo consiente de que esa posibilidad existía.
- Lo estoy, deseo hacer esto - le aseguró convencido al respecto.
- De acuerdo;