Luego de algunos minutos cuando al fin se decidió a entrar la encontró cambiando el pañal a Paul. Con los días se sentía mas fuerte y había insistido en encargarse enteramente de él en un afán de independencia, pero también de preparación para lo que se avecinaba.
- ¿Cómo están los dos? - le pregunto nada mas atravesar la puerta de la habitación.
- Bien. Has llegado hoy mas temprano de lo normal - le dijo apenas volteando a verlo un segundo.
Durante ese tiempo su relación había sido cordial, aunque cortante y solo lo hacían por el bien de hijo.
- En efecto. Cuando llegaba me he encontrado con tu médico y hemos hablando - le dijo esperando ver su reacción al respecto.
- También hablo contigo. Me dijo que ambos estamos bien y que podemos irnos del hospital al fin - le dijo sin tomarlo muy en cuenta y es que estaba ocupada con su hijo.
Después de todo lo ocurrido no podía verle el rostro, no por vergüenza por sus actos; sino que lo que experimentaba cuando le tenía cerca era algo