Emma permaneció un momento en silencio, tan solo viéndolos; hasta que de pronto tomo una bocanada de aire y se dispuso a contestar.
—Primero que nada, siento que mi intimidad fue invadida. Lo fue cuando decidieron que estaba bien seguirme por la ciudad en mi día libre y solo para ver a donde iba —comenzó, manteniendo la calma.
—Aunque no tendría por qué responder a unas acusaciones tan ridículas y poco reales como esas, voy a hacerlo y solo para limpiar mi nombre. Quiero que eso quede en claro —continuó, manteniéndose altiva.
Oliver entonces tomó la mochila que llevaba al hombro, arrebatándosela.
—No estoy mintiendo y no pienso permitir que te hagas la inocente y ofendida ante nosotros; no cuando eso es lo que menos eres —le aseguró.
A pesar de lo molesta que Emma se encontraba, decidió permanecer en silencio y dejar que despotricara en su contra todo lo que desease. Después de todo, no tenía nada que temer y es que su conciencia estaba limpia.
—Hoy es mi día libre y salí a atender mis