Llegaron a la sala de espera para la entrevista de parejas ficticias. una sala llena de sillas incómodas, reclinadas en ángulos imposibles, donde hasta un alma podía sentir dolor lumbar.
En una de las paredes, un televisor viejo mostraba un tutorial titulado..
“Cómo sostener la mano de su pareja sin parecer un secuestrador.”
Los actores eran dos duendes muy tensos, Eloisa suspiró, agotada.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó, hundiéndose en la silla como si quisiera fusionarse con ella.
Sebastián se sentó a su lado, recto como un soldado que jamás aprendió a relajarse.—Esperar nuestro turno.
—¿Y si nunca llega?— preguntó Eloisa
—Llegará, el sistema es lento, pero no cruel.— respondió Sebastián.
En ese instante, la pantalla del televisor emitió un pitido y apareció un aviso...
“DEMORA ESTIMADA: 4 HORAS, 27 MINUTOS.”
Eloisa dejó caer la cabeza sobre su hombro sin darse cuenta.—Voy a morir —murmuró con dramatismo absoluto.
—Técnicamente ya está muerta… un poquito —respondió Sebastián.
—Seba