Prólogo... Reglas, reno y un gran error..
La parca odiaba la navidad, aunque no lo decía en voz alta, porque admitir emociones iba contra su reputación de figura encapuchada atemorizante. Pero cada año, desde que aparecían los primeros villancicos en los centros comerciales del más allá, su humor se volvía más negro que su túnica, y mira que la túnica ya era negra. —Sebastián, ¿Sabes qué día es hoy?—grito, haciendo vibrar las luces etéreas del salón. Sebastián, su hijo, levantó la mirada hacia el calendario flotante, en la fecha había dibujado, un árbol navideño, una galleta sonriente y un texto que decía “¡Feliz Navidad!” en letra cursiva exagerada. ---Lunes,---respondió Sebastián con total serenidad. La parca soltó un suspiro qué hizo temblar las sombras,---¡navidad!, el peor, absolutamente el peor,--- Sebastián, como siempre, se mantuvo calmado, era un joven tranquilo, pálido, de ojeras permanentes y expresión neutra, nada parecía alterarlo.---¿Por qué? ,---preguntó. La Parca se frotó el cráneo, desesperado,--
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