Una verdad y una promesa...
Luca, Elena y Matteo tomaron asiento, los dos primeros se sentaron juntos enfrente de su hijo que los observaba con mucha atención, su madre que en ese momento hacia lo posible por cubrir las cicatrices de sus muñecas, no pudo detener a su marido.
Ella no quería que sus hijos le guardaran rencor a su padre, todo por lo que habían pasado era el pasado, pero no sabía cuál sería la reacción de Matteo, al saber todo lo que se guardaba en una caja de pandora.
-Esto paso hace mucho tiempo – comenzó su padre – hijo, quiero que escuches primero y después preguntas ¿está bien?
- ¿Qué pasa con este lugar? Esa es mi única pregunta – Matteo observa a su madre - ¿Por qué siempre que venimos acá mamá se pone diferente?
- Por que tu madre sufrió mucho en este país – Luca de 46 años, no se imaginó que tendría que decirle la verdad a su hijo; a pesar de los años transcurridos había algo que Luca no se perdonaba y es que odiar tanto a su esposa como para que ella intentara suicidarse es algo que nunca se perdonaba, aunque Elena le dijera que todo eso era pasado.
- Te voy a contar la historia de la triste princesa de gales... - el chico observo a su madre, que le regalo una sonrisa – hace 22 años, tu madre y yo nos conocimos en Las Vegas de pura casualidad...
Por las siguientes horas Luca y Elena se encargaron de contarle la verdad a Matteo, el chico solo escuchaba atentamente, pero por dentro su corazón lloraba no solo por su madre, sino también por su padre ¿Cómo es que él no sabia de esto? ¿Por qué su madre perdono a su padre? ¿Cómo vivía papá con esa culpa?
-De esa nueva oportunidad naciste tú – su madre se levanta y se acerca a él, tomo las manos de su hijo – nunca me he arrepentido de perdonar a tu padre, jamás lo hecho, tu padre es el hombre que yo amo y de ese amor naciste tu mi niño querido – su madre tomo un lado de su rostro, por el cual bajaba una solitaria lagrima – nunca quise que te enteraras de esto, créeme para tu padre y para mí es muy doloroso, pero – su madre suspiro – tu padre tiene razón, no quiero que sufras lo que yo he sufrido y no quiero que hagas sufrir a la mujer con la que te cases lo mismo que yo... dios, no lo permitiría... no es lago que cualquiera puede superar.
Matteo se puso de pie y se acerco a la ventana, tomo un vaso de licor y se quedo en silencio procesando todo lo que había escuchado, quería matar a ese perro de Alessandro, quería destrozarlo, pero ya estaba muerto.
-¿Dónde esta Charles? – pregunto al cabo de algunos minutos.
- Tu padre lo mato...
- ¿Qué hay de tu madre?
- Bueno... ella... - su madre dudo y su hijo se dio la vuelta para ver como su madre cerraba los ojos con resignación – ella se suicido el año paso, cuando fui a visitarla...
- ¡¿Qué?! – preguntaron los dos hombres al mismo tiempo – dea eso, no me lo habías dicho.
- ¿Por qué mamá?
- Por que no sentí nada cuando paso – la mujer se apoyo en su esposo que la abrazaba fuertemente – lo lamento, no quería preocuparlos con estupideces de una loca...
- No lo son y lo sabes mi amor...
- Ma, papá tiene razón, debiste de decirnos lo que paso- el chico se acercó a sus padres y se arrodillo ante ellos.
- ¿Qué pasara entonces? - pregunto.
- No pasara nada, mi titulo como princesa de gales es lo único que me une a la realeza, tengo dos opciones, o heredo el titulo a uno de mis hijos o dejo que lo herede George, sea como sea tendríamos que hablar con los demás...
- ¿Adelina sabe de esto?
- No, tu hermana no sabe nada o por lo menos no el fondo de todo – su padre besa la frente de su esposa y observa a su hijo – Adelina vio las cicatrices de tu madre en sus muñecas y solo sabe lo que le pude contar, nada más.
- Inglaterra es como una jungla hijo y con la muerte de la abuela Ann, todo se está volviendo un asco – su madre le dio un beso en su mejilla – quiero que sepas que jamás me he arrepentido de lo que a pasado, no podría si ustedes están en medio, son mis hijos y haría cualquier cosa por ustedes, puede que en los siguientes días veas documentales, noticias, reportajes de todo, es por eso que hemos decidido contarte todo, para que no te tomen con la guardia baja...
Poco después, Matteo se quedó a solas con su padre, observaron a su madre retirarse ya que el día de mañana temprano la familia real tenia que salir a recibir las condolencias del pueblo.
- ¿Me odias? – Luca estaba sentado en su silla, esa que pronto ocuparía su propio hijo ¿lo odiaba? Si un poco ¿le guardaba rencor? No del todo.
- No lo hago papá... - el chico observo a su padre – pero si me duele mucho por lo que han pasado, no solo tú sino también mamá, ella es... - ¿Cómo podría describir a su madre? Ella es la mujer más increíble del planeta, una madre amorosa, protectora, divertida que siempre olvidaba los protocolos con los que siempre había crecido.
- Lo se- no había manera de describir a su esposa - amo a tu madre, no podría imaginarme vivir sin ella o sin ninguno de ustedes – Luca soltó un suspiro cansado – siempre le he dado gracias a Dios que tu madre me haya perdonado, tu madre tiene un gran corazón y estuve a punto de destruirlo y ustedes mis hijos jamás hubieran existido si destruido a tu madre... jamás me había sentido tan orgullo de verlos crecer y convertirse en lo que son.
- Lo se.
- Pronto tomaras mi lugar Matteo y no quiero que cometas los mimos errores que yo hice, esos que pudieron costarme la vida entera.
- No quiero amar a una mujer – dijo el chico seriamente, se había jurado mientras escuchaba a su madre, que no amaría a una mujer, no quería tener a una persona que pudiera lastimarlo tanto como para que las cosas se vayan a la m****a en la primera partida, no quería lastimar a una inocente mujer como para llevarla hasta el punto más bajo.
Luca observo a su hijo por un buen rato y es que el hombre entendía a su hijo – no es cuestión de no amar – dijo finalmente.
- ¿Cuál entonces?
- Hay una mujer que está destinada a ti hijo, puede que no la conozca ya, pero la conocerás y eso no se puede evitar - tanto padre como hijos suspiraron con fastidio - la cuestión es que sepas leer tu entorno y saber si estas dispuesto a luchar por ella o dejarla libre por que eso es lo que ella anhela, a cumplir sus sueños por que deseas hacerla feliz...
- ¿Qué sientes por mamá? - pregunto - Nunca te he preguntado, pero siempre que la miras es como si observaras a la diosa de tu vida – el chico rio, por que su padre siempre ha llamado a su madre "dea".
- Tu madre lo es todo para mi - el hombre sonrió al recordar a su mujer – ella es mi vida, cuando conocí a tu madre y vi a la torpe chica de mirada vacía que choco conmigo, supe que ella era la mujer de mi vida.
- ¿Cómo supiste que mamá era la indicada para ti?
- Por que hubiera hecho lo que sea con tal de quitarle esa mira tan triste de sus bellos ojos, porque cuando me di cuenta de que la había lastimado estuve dispuesto a divorciarme de ella, aunque me rompiera el corazón y el alma dejarla ir, estaba dispuesto a darle la libertad que tanto había deseado, por que cuando me dijo que estaba embarazada de ti, hice todo lo que puede por protegerlos al igual que tus hermanos, siempre he estado dispuesto en dar mi vida por Elena.
El chico observo como su padre lloraba por primera vez ante sus ojos, la única vez que lo vio llorar fue cuando Valentina se cayó del árbol. Él no quería amar a nadie, no quería.
-Se lo que estás pensando hijo – le dijo su padre – sea cual se tu decisión la respetare, si no quieres amar a nadie más no lo hagas, si no deseas casarte no lo hagas... pero no deseo que te pierdas la felicidad que te da amar y ser amado por la mujer de tu vida...
Después de ese día Matteo observo a sus padres atentamente ¿Cómo? ¿Cómo es que ellos que son un matrimonio tan fuerte y amado habían pasado por tanto? Su madre que había pasado por un infierno casi toda su vida, aún era capaz de sonreír y darle una nueva oportunidad a la vida.
Los 11 días que duro el proceso del funeral de estado de la reina Anna Windsor, la familia Ambrosetti cuido a su madre y matriarca al igual que los demás, todos los hombres de confianza cuidaron a Aurora Windsor de Martínez, Hanna King, su majestad el rey George Windsor y su alteza real Elena Spencer Windsor de Ambrosetti princesa de gales.
Todo el mundo estuvo pendiente de cada uno de los detalles y de los ya mencionados. Los nietos de la reina participaron en stand vigil, donde sus nietos hacían guardia al ataúd de su abuela.
Pero fue el último día del funeral, que Matteo puedo entender el papel que su madre jugaba ante la nación y ante el mundo de la mafia.
Todo el proceso del funeral se les pedía la opinión a su majestad y su alteza real, Matteo pudo observar lo difícil que tuvo que vivir su madre, pensaba que solo su padre era el único que podía guardar sus sentimientos, pero estaba muy equivocado... su madre no derramo una sola lagrima en todo el proceso, ni en privado, ni en público, pero el último día las cosas fueron diferentes.
Su majestad el rey George III, lideraba la comitiva donde viajaba el ataúd, Matteo y su familia, así como los miembros de la triada y los hombres de su padre estaban adentro de la iglesia de Westminster, esperando para dar el último a dios a la reina madre.
Elena Ambrosetti a pesar de sus 41 años, siempre destacaba por su elegancia y ese día no fue la exención, vestía un vestido negro con una falda en forma de A que llegaba a media pantorrilla, la princesa de gales llevaba un sombrero con un velo negro que cubría su rostro, llevaba las perlas que su abuela le había regalo antes de su fallecimiento.
Era la única que estaba de pie adentro de la iglesia y enfrente de la multitud en esperar de su hermano y de su abuela, Aurora que no podía estar enfrente junto a su hermana observo como su hermana mantenía la cabeza en alto y la mirada más fría que le había visto, aun lloraba la muerte de su abuela.
Matteo observo como su madre derramaba lágrimas en silencio y la impotencia de su padre por no poder estar a su lado, pero su tío George se encargaba de su madre, sus hermanos más pequeños lloraban también en silencio por su abuela.
Antes de darle el último adiós a su abuela, observo como su madre se acercaba al ataúd y apoya su frente en ella susurrando palabras de despedidas, tomo la corona regente que pronto usaría su hermano, pero como era la tutora de su majestad se le conoció hasta la coronación, como su majestad la reina madre Elena Ambrosetti.
Después del funeral, su madre tenía que permanecer en Londres por 2 meses, su padre y sus hermanos regresaron a Nueva York, pero Matteo prefirió quedarse con su madre. Nunca había tenido la oportunidad de ver a su madre desenvolverse como princesa de gales y eso solo demostraba lo fuerte que su madre es.
Y se juró que si algún día él se casaba, iba a tener a una mujer así de valiente y fuerte, no sabía si podría amarla, pero si que quería una mujer que fuera capaz de todo por su familia, aquella que sabe jugar muy bien su papel, aquella que sea su lugar tranquilo como su madre lo era para su padre, alguien en quien podía confiar, una mujer que él podría llamar la reina de corazones...