—Profesor, ¿en serio no podremos verlo? Prometemos que seremos buenas estudiantes.

Nickolas dejó escapar una sonrisa, algo profesional pero encantadora.

—Por mala suerte debo recordarles que ustedes estarán dentro de otra sección de mi empresa —con su mano guiaba por la oficina—. Yo me encargo sobre todo del área de arquitectura, pero a ustedes las asignaré a mi mano derecha, Romeo. Él se encargará de buscarles lugar.

La mayoría de las chicas hicieron una mueca de decepción. En cambio, a mí me pareció gracioso. Ese día, Nickolas había enviado un mensaje a la clase donde la darían de manera remota mientras les mostraba a las personas escogidas para la pasantía su empresa. Toda la clase había aplicado; solo fuimos escogidos siete, de los cuales dos eran chicos y las demás mujeres.

Tras invitarnos a todos a la cafetería de la universidad y después llevarnos a su empresa, nos había presentado varios departamentos, donde algunos habían puesto los ojos… aunque la mayoría de las mujeres busc