Inicio / Romance / Te voy a olvidar dos veces / Entre la vida y mi verdad.
Entre la vida y mi verdad.

Nunca me he desgastado en querer ser una de esas mujeres de revista, de esas que siempre utilizan como ejemplo para describir cómo deberías comportarte, sentir o ser. Pero siempre he sentido una inclinación por evolucionar, por aprender del mundo y su manera excelsa de hacernos cambiantes. Para eso, hay que estar viva. Y ahora mismo, no sé si lo estoy.

Mi cuerpo se siente inerte. Por más que me esfuerzo, abrir los ojos resulta imposible.

El taconeo de una mujer se escucha en la distancia, pero yo sigo atrapada en esta oscuridad, como si no fuera dueña de mí misma. Lo cual desde que soy una niña, lo he visto como una pesadilla. 

—Tienes que despertar, Fatima. No me hagas esto... —susurra una voz que reconocería incluso en el otro mundo.

¿Por qué entre todas las personas posibles, tengo que estar escuchando la voz de Mariano Hans?

—No tenía que pasar esto. Tú no tenías que irte. Yo debí detenerte... —su voz, perfecta y sensual, se quiebra. Me gustaría poder ver su cara. Saber si está llorando.

Intento inhalar. El lugar está impregnado de cloro, mezclado con esa fragancia masculina que siempre lo ha acompañado. ¿Podría decirse que tengo suerte de estar viva?

—Fatima, siempre has sido tú. Te lo juro, cariño. Por amor a Dios, despierta. —insiste. Mi cuerpo imagina escalofríos, aunque no sé si realmente los siento.

Y entonces, el roce de unos labios en mi mejilla. Luego en mi boca. Como la caricia de un ángel. Un aroma primitivo acompaña ese contacto, y en ese instante, mis ojos no soportan más la angustia de perderse uno de los momentos más memorables que he vivido… Aunque sea a medias, porque no puedo lanzarme encima de él y comer sus sexys labios sin miedo a las consecuencias.

Después de todo, quizás por la inconsciencia en la que me encuentro, una parte de la adolescente traviesa que fui, vive en mí. 

Mis ojos se abren, cansados. Y se encuentran con la mirada lánguida de Mariano Hans, a centímetros de mí, después de haberme besado.

—¿Qué estoy haciendo aquí? —susurro.

—¡Enfermera! ¡Ha despertado! —exclama Mariano, llevándose las manos a la cabeza.

Intento sentarme. Me duelen las manos, la cabeza, la espalda. Como si hubiera estado cargando muchísimo peso. 

—Señorita, por favor no haga esfuerzos. El impacto en su columna fue fuerte. Necesita reposo absoluto y terapia cuando salga del periodo de observación. —dice la enfermera con voz cálida.

—Pero... necesito irme a casa. —insisto, mientras Mariano se acerca. Sus ojos me hipnotizan.

—Fatima, tuviste un accidente grave. Estás viva de milagro. No puedes irte. —me dice con voz firme, tomando mi mano. Por un momento, me permito soñar que estamos juntos. Que todo es distinto.

La enfermera le pide que se retire. Nuestras manos se separan. Siento que algo se rompe por enesima vez.

¿Por qué manejé así? ¿Por qué no revisé el coche? ¿Por qué me dejé llevar por la rabia?

Volver a ver a Kiara, escuchar sus palabras, saber que Mariano sabía quién era ella… ¿por qué me trató como si quisiera tenerme en su vida otra vez?

¿Por qué siento que él sigue siendo mi lugar seguro?

Quizás mi padre tenía razón. No debí confiar en un norteamericano que no es ni será musulmán. Mariano solo ha traído humillación.

—Enfermera, sea sincera. ¿Cuántos días debo estar aquí? La única persona que tengo es mi abuela, y está enferma. No puedo quedarme mucho tiempo. —digo con tono serio.

—Usted ha estado inconsciente dos días. Necesita al menos una semana más. Su novio no se ha despegado de usted. Estoy segura de que también está cuidando de su abuela. —responde con simpatía.

¿Dos días?

¿Mariano ha estado aquí conmigo durante dos días?

¿Y Dana? ¿Está bien?

—¿Puede hacer pasar al señor que estaba aquí? —le pido, sintiendo que mi pecho se agita.

—Por supuesto. El doctor vendrá en diez minutos. —dice la enfermera antes de marcharse.

Parpadeo. La luz me abruma. Veo tulipanes blancos en mi mesa. Costosos. ¿El seguro de mi empresa puede pagar esto?

Mariano entra. Su voz es un murmullo que hace que mi cuerpo reaccione.

—Me alegra verte mejor, Fatima.

No pierdo tiempo.

—Eres un jodido idiota. ¿Cómo pudiste invitarme a tu casa, coquetear conmigo, cuando estás comprometido con mi hermana? —le espeto con toda la fuerza que mi cuerpo me permite.

—Las cosas no son como crees. Me dijeron que tú te habías enamorado de un hombre musulmán, mayor que tú. Que habías hecho un buen matrimonio, con una excelente dote. Que te arrepentiste de lo que pasó entre nosotros y por eso te entregaste a tu Dios y a tu esposo. —dice, acercándose, tomando mi mano.

—¿Qué? —mi voz apenas sale.

Mariano y su ignorancia respecto a mi cultura siempre me hacía reír cuando se refería de ese modo a mi religión. 

—Tu padre me lo dijo. Me mostró fotos. Me dijo que habías rehecho tu vida. Que estabas feliz. —confiesa Mariano, con los ojos llenos de rabia.

—¿Y tú lo creíste? ¿Nunca dudaste? ¿Nunca buscaste saber la verdad? —pregunto, sintiendo que el aire no me alcanza para el suspiro qué quiero dar. 

Él sabía la intensidad de mis sentimientos por él. Siempre lo dejé claro. 

—Intenté. Pero me cerraron todas las puertas. Me dijeron que no querías saber nada de mí. Que habías cambiado. Que ya no eras la misma “libertina” de la que me enamoré. 

—¿Y Dana? ¿Ella sabía? —pregunto.

Mariano asiente.

—Dana me lo contó todo. Lo que te hicieron. Lo que te ocultaron. Lo que Kiara no sabe. —dice.

—¿Qué cosa no sabe Kiara? —pregunto, sintiendo que el aire se vuelve más denso.

Mariano duda. Se acerca. Me mira como si estuviera a punto de romper algo sagrado.

—Kiara no sabe que tú… —empieza a decir.

Pero justo en ese momento, la puerta se abre de golpe.

Mi corazón se inquieta al pensar en que puede tratarse de mi hermana nuevamente, sin embargo, en el instante no me permito pensar o asustarme demasiado. 

¿Cómo mis padres han sido capaz de manipular lo que me hicieron, solo para alejar lo único que realmente he amado? 

¿Cómo es que ahora Mariano, es el prometido de mi hermana? 

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP