Narrado por Amet Faddoul:
Estoy confundido. Y a la vez estoy demasiado harto, no hay otro modo en que pueda describir mis emociones ahora mismo.
Harto de fingir. Harto de las malditas suposiciones. Y harto de experimentar tener sentimientos por una mujer.
Omar vuelve a repetirlo. Lo dice como si fuera una ley escrita en piedra, como si su palabra bastara para que el mundo se acomode a sus jodidos deseos. “Fatima debe casarse contigo, Amet. Te lo prometí.” Lo dice sin mirarme, como si yo fuera un objeto, una pieza más en su tablero donde solo le importa tener poder. No me sorprende. Pero esta vez, me incomoda.
No tiene sentido.
No quiero casarme con su hija Fatima. No siento nada por ella. No me hace vibrar.
Solo es una buena mujer, que ha tenido mucha mala suerte.
Fatima… No. Gonul. Así la conocí. Así se presentó ante mí, con ese nombre que parecía sacado de una comun novela turca. Me gustó desde el principio. No por su belleza, que es evidente, sino por su forma de mirar. Como