Narrado por Kiara Hneidi:
Soy adulta. Y tengo que respetar a quien quiero ser. Y para acercarme a esto, tengo que dar este paso.
Estoy frente a él. A mi padre. El hombre que me enseñó a obedecer, a callar, a no cuestionar. El hombre que ahora está postrado en una camilla, con la mirada más dura que nunca, como si su parálisis no le hubiera quitado ni una pizca de autoridad. Pero esta vez, no me tiembla la voz. Esperé a que amaneciera para hacerlo. Lo reflexioné durante toda la noche. No puedo permitirme que sigan decidiendo por mí, y yo jamás había estado tan decidida de que quería algo. Supongo que el amor es capaz de darte fuerzas para tomar decisiones.
—Papá… —le digo, con firmeza. —, te amo muchísimo. Te amo profundamente. Pero necesito volver a Estados Unidos. Hay situaciones que requieren de mi presencia... He estado ausente por mucho tiempo y la verdad es que me tiene preocupada la situación de mi madre... —digo en voz baja, pero con temple.
Él me observa. No dice nada. So