Solo yo puedo poseerte, eres mía y quien se atreva a posar sus ojos en ti, tiene derecho a morir.
Lucían
Anhelo tener en mis manos la cabeza del imbécil que estuvo con ella, pero tengo que controlarme, no puedo resolver todo con sangre, o sí, pero no me conviene dejar un rastro de muerte tras mis pasos. Solo espero que Isabella entienda que no puede volver a estar con ningún otro. No quiero volver a percibir el aroma de otro hombre en ella, no sé de lo que seré capaz si eso sucede de nuevo.
Y no quiero verme obligado a hacerle entender a la mala, de ella depende si derramo o no sangre y si esa sangre, lleva su nombre impreso en cada gota. Salgo del edificio y subo al auto en donde me espera Nick, quiero regresar y tomar lo que me pertenece, pero no sé si pueda controlarme al sentir el aroma de otro en su cuerpo.
—Ya dejamos el mensaje y por cómo reaccionó estoy seguro de que lo entendió muy bien —informa a penas me subo.
—Bien, prepárate para esta noche.
—¿Vas a llevártela?
—No, no qu