Mi corazón dejó de latir al mismo tiempo que el suyo, la vida perdió su color y el encanto su brillo. Mis ojos solo pueden verlo a él, mirándome con deseo y con eso que jamás confesó: amor.
Isabella
Hace un año que mi vida cambió para siempre, hace un año que camino entre las sombras del dolor y los recuerdos. Hace un año que vivo en medio de su mirada y su voz. Es como si una parte de mí se hubiese ido con él, dejando un vacío insondable dentro de mí. Ya no soy la misma Isabella, ahora soy un fantasma que deambula por el mundo, buscando fragmentos de su pasado en cada rincón.
Es como si estuviera atrapada en un bucle infinito, repitiendo los mismos momentos una y otra vez. Veo su sonrisa, escucho su risa, siento el roce de su mano. Pero son solo ecos de un pasado que ya no existe y empiezo a olvidar cómo se sentía el calor entre sus brazos, cómo era ser observada con su intensidad. Cómo sentirme única en los ojos correctos.
—¿Irás a ese lugar de nuevo? —Alzo la vista hacia Linda—. Él