El corazón se me consume, mi alma grita en medio de las llamas y mi voz aclama tu nombre y tu gloria mientras la razón planta su bandera en medio de mi vida.
Isabella
Todo esto parece una maldita pesadilla. Solo sirvo para cometer errores, primero Steven y ahora un hombre que realmente jamás conocí. Todo lo que me mostró, lo que viví a su lado, lo que me hizo sentir, todo fue una maldita mentira.
No entiendo por qué me duele tanto, no debería de estar sufriendo, Alexander no existe, nunca existió. Me dejé llevar, creí tener el control y la verdad es que solo fue un peón en su juego. Es claro que no tengo suerte para los hombres, no sé elegir y lo mejor es que me olvide de esa idea absurda.
—Ya estás despierta. —Linda entra, la mirada que me dedica me hace sentir pena de mí misma.
—Deberías de estar trabajando. —Aprecio que ella esté aquí, pero ahora mismo lo que menos necesito son los interrogatorios de mi curiosa amiga.
—El señor Ramírez sabe por lo que pasaste, te envía su apoyo y m