Te seguiré hasta los confines de la tierra, rebuscaré en cada recoveco del infierno y desataré una tormenta en el paraíso que no cesará hasta que no te tenga de nuevo en mis manos.
Lucían
Despierto en medio de piernas y brazos que se envuelven en torno a mí, las zorras con las que me acosté se remueven buscando una mejor posición, me incorporo y no puedo evitar sentir repugnancia.
—Es hora de que se larguen. —Salgo de la cama—. No quiero verlas aquí cuando salga del baño, ¿entendido? —Ninguna de las dos responde, pero sé bien que me escuchan.
Abro la llave y me meto bajo el agua caliente, no puedo permanecer más tiempo en Londres, debo regresar hoy mismo a Irlanda, desde que los norteamericanos le pusieron precio a mi cabeza prefiero mantenerme fuera de su radar, aunque eso no implica que mis negocios no continúen llevándose a cabo en algunas ciudades importantes de los Estados Unidos.
De hecho, son más rentables ahora.
La DEA congeló muchas de mis cuentas, sin embargo, el dinero en e