Soy un dios, soy todopoderoso, soy el amo y el señor, soy alfa y omega, decido la vida o la muerte de quienes me rodean y mi reino se encuentra en el tártaro protegido por las llamas del infierno.

Isabella

Tengo el corazón constreñido por la presión sobre mi pecho. Son tantas las cosas que dejo aquí, mis padres, mis amigos, mi vida entera. Aquí amé y sufrí por primera vez, Londres me ha conocido en tantas facetas que me cuesta imaginar cómo será la vida en América. Me gustaría que el peso en mi pecho desapareciera, quisiera que vida volviera a ser la de antes, no quiero seguir sintiéndome tan miserable.

—Iremos pronto a verte, mi amor. —Cierro los ojos y apoyo la cara en la mano de mi madre.

Acaricia mi mejilla mientras yo me esfuerzo por grabar el calor de su mano en mi memoria.

—Eres una mujer fuerte e inteligente, Isabella, estarás bien, estoy seguro de eso —añade mi padre.

Nos envolvemos en un abrazo colectivo y aprovecho para llenarme los pulmones con sus aromas, con este calor f