Jenna estaba tan entusiasmada que su mente divagaba pensando en que escogería a quién le llamara la atención, lo que miraría eran sus manos, si las tenía bien cuidadas era signo de ser un hombre cuidadoso de su cuerpo.
Se puso a resolver unos problemas matemáticos para el otro día cuando en su laptop asomo un aviso que llevaba de título Fraternidad.
Lo abrió y decía que esa aplicación era privada solo para uso de los miembros de la Fraternidad, que para usarla deben crear un alias será conocida y llamada por ese alias que registre en la página privada, que su nombre verdadero no será revelado a nadie y que su alias solo ella debe saberlo nadie más, reflexionaba y pensaba cuál alias usar hasta que se le ocurrió uno.
—Me llamaré “Ángel del deseo” —puso ese alias en línea y quedo registrada desde ese momento para todos será llamada Ángel del deseo
Jenna estaba extasiada, ese nombre lo decía todo, era muy caliente, se decía que atraería a lo mejor hombres guapos.
Salió hacia sus clase