Mateo
Siempre he sido el pragmático de la familia. Mientras Luna sueña y Leo se deja llevar por sus impulsos, yo soy el que calcula, el que mide cada paso. Algunos lo llaman frialdad. Yo lo llamo supervivencia.
Sentado en mi habitación, con la luz del amanecer filtrándose por la ventana, repaso mentalmente la propuesta de Leonardo Santoro. Un matrimonio por conveniencia. Una fortuna a cambio de una firma. La salvación económica de mi familia por el precio de la libertad de mi hermana.
Suena a trato medieval. Y sin embargo, aquí estoy, considerándolo.
Tomo el bolígrafo y trazo una línea vertical en mi cuaderno, dividiendo la hoja en dos columnas: "Pros" y "Contras". Es un hábito que desarrollé en la universidad, cuando estudiaba administración. Cualquier decisión importante merece este análisis.
En la columna de pros: estabilidad financiera, tratamiento médico para Leo, cancelación de todas nuestras deudas, un futuro asegurado. En la de contras: Luna atada a un hombre que no ama, la pé