49. VAMOS A SER PAPÁS DE TRILLIZOS
El nudo en mi garganta regresa, aunque trato de mantenerme firme. Mi Alfa Supremo siempre sabe leerme, incluso cuando intento esconder mis emociones. No tiene que esforzarse para ver lo que llevo dentro.
—Estoy muy bien, mi Alfa —digo estrujando mis manos—. ¿Puedo hacerte una pregunta, mi Alfa?
—Sí, mi Luna. Todas las que quieras —dice tomando mis manos para que deje de estrujarlas, pero me suelto en lo que suspiro.
Muerdo mi labio inferior para intentar contener las palabras, pero se desbordan antes de que pueda controlarlas.
—Yo sé que tú solo te conviertes en tu propio cuerpo cuando tienes que ejercer como Alfa Supremo —inicio a decir, deteniéndome para verlo—. Mi papá me lo explicó. Pero, ¿puedes salir un rato? Tengo algo importante que decirte y me gustaría verte como mi Alfa Supremo.
Jacking me observa