55. SIEMPRE HA SIDO FIEL A TÍ
BLAIR
Cuando me alejé de los labios de Rhett, jadeábamos por aire.
Su mirada era fiera, salvaje, sus pupilas lobunas.
Fui a separarme para decirle que lo ayudaría, pero sujetó con más fuerza mi cintura y se inclinó a darme un lengüetazo en los labios.
Sí, lengüetazo, así, como un animal, lo cual me mostró lo cerca que estaba de aparecer su lobo.
—Voy contigo, soy fuerte —le dije bajo la lluvia, intentando calmar los latidos apresurados de mi corazón.
Pensé que se negaría, pero él solo asintió y comenzó a retroceder.
“Amy…” estaba dispuesta a pedirle su ayuda bajo cientos de condiciones; sin embargo, hoy continuaban las sorpresas.
“Lo haré, te prestaré mi poder porque me conviene. Debemos recuperar a esa niña como sea.”
Asentí, escuchando un rugido mi lado y abriendo mucho los ojos al ver la transformación de Rhett.
Había presenciado muchos cambios, pero el de él resultaba fascinante para mí.
Se rasgó la ropa y las costuras explotaron por la presión de los músculos.
Rhett cayó al suelo