CAPÍTULO 43. UN HOMBRE DIGNO DE CONFIANZA
Santa Mónica, California.
Estacionó su auto y salió con Ivy entre sus brazos, al haberse quedado dormida durante el viaje, después de haber cantado el tema del elefante y quedarse en: 100 elefantes se columpiaban… y haber perdido la cuenta.
Abrió la puerta de su apartamento y enseguida, encendió el aire acondicionado, su pecho dolió al recordar que la última vez, que había estado ahí fue para proponerle a Camila que se mudaran a su casa. Su mirada se rozó.
Al recostar a Ivy, de inmediato abrió los ojos, al sentir que la estaba acomodando sobre uno de los sillones.
— ¿Ya llegamos? —cuestionó mostrando emoción en su mirada.
—Sí, ya llegamos —respondió retirando, varios mechones de su rostro.
— ¿Ya me vas a decir en dónde estamos? —se levantó observando el interior del lugar, viendo que era muy sobrio, solo tenía lo necesario, no estaba arreglado a detalle como la residencia de Beverly Hill.
—Asómate por la terraza —Will señaló.
Ivy corrió hacia la puerta y abrió las persianas, d